domingo, 15 de noviembre de 2009

Fundamentos Yorubas ultima parte





Orixà Xapaná:

Xapaná también denominado Obaluaie u Omulu, es una figura que impone respeto, hasta miedo, señor de las enfermedades de la piel y el responsable de las epidemias, explicadas según los mitos, como una forma de castigo colectivo. Descendiente, como Naná y Exumarè, del antiguo Dahomè. Xapaná se muestra sombrío terrible y si no fuera venerado se puede enfurecer y enviar molestias violentas. El arquetipo comúnmente asociado a él, es de las personas autos punitivos, que provocan en si muchos sufrimientos inconscientemente, juzgándose por algo vergonzoso que esconden. Sus hijos de santo suelen ser cautelosos cuando hablan, cerrados y discretos, imponente, como hace el Orixà durante las ceremonias, una mezcla de respeto y terror, manteniendo el aislamiento que aprecian. También lo llaman Bababibaie, que quiere decir padre y señor del mundo, esta ligado a la muerte, las dolencias que afectan a la comunidad. Aparece siempre tapado, de hecho su fisonomía es impenetrable, tiene gran fuerza mental, es vengativo, suele tener sentimientos de pesimismo y opresión.
Pae misericordioso protector de los enfermos y dolientes, envíanos un atisbo de tu misericordia, humildad, y entendimiento, para no caer en el egoísmo del yo mismo, enséñanos a ver en ti, al niño que llora, al huérfano que mendiga y al hambriento que sufre por causa de nuestra indiferencia. Enséñanos a perdonar las ofensas, así como tú supiste perdonar a quienes te ofendieron y abandonaron, axé, así sea.


Orixà Ibejies:

Ibejies son las dos crías que nacen al mismo tiempo, de una sola mujer, ambos pueden ser varón o hembra o de lo contrario uno varón y uno mujer. El que nace primero, varón o mujer, se llama Tayewo y el que nace después se llama Kehinde, los Yorubas le llaman Tayewo hermano o hermana menor de Kehinde, porque fue Tayewo a quien Kehinde mando a la tierra para probarla. El significado de su nombre es ese. To axé wo, prueba de la tierra. Era algo muy sorprendente en aquellos tiempos que una mujer tuviera dos hijos al mismo tiempo, la gente mostraba su temor venerado a los Ibejies a los que llamaron Orò, que significaba seres espirituales poderosos. Este fenómeno de Orò Ibejies fue lo que los convirtió en Orixà para los Yorubas en aquellos tiempos en la vecindad de Ondò, solían matar a uno de los dos al nacer, para evitar que la gente se diera cuenta que habían nacido dos seres. Los Yorubas creen que es el Orixá de los Ibejies el que cuida a los Ibejies mismos, si mueren uno de los dos, hacen un Erè (imagen) del que murió con las creencias de que cuidará del otro.
Paes le pedimos que nos ayuden a mantener vivo dentro de nuestros corazones, la sonrisa, la alegría y la inocencia que caracteriza a los niños, ayúdennos a manifestar sin pudor, todo el amor que llevamos dentro, tráigannos la abundancia de su reino, la grandeza de las cosas simples, enséñennos a buscar en los niños la sabiduría que se perdió en nosotros los adultos, axé, así sea.

v ORIXÀ OXÙM:

Oxúm está siempre asociada a la maternidad, a la riqueza y a las aguas dulces. Diosa de la belleza por excelencia, es una Orixà con poder de fertilidad. Según las leyendas fue la segunda esposa de Xangó pero también vivió en otras épocas con Ogúm y con Oxossi. Vive en los lagos y en los ríos de agua dulce, donde se acostumbra a entregar ofrendas y presentes para ella. En África es llamada Iyalode, cargo ocupado por las mujeres más importantes de la ciudad. Fue reina de Oyó, donde las mujeres que querían ser hechiceras eran respetadísimas. Oxúm puede ser maternal, una joven hechicera o una guerrera. Diosa de la pureza y de la misericordia, dueña del oro. Oxúm era reina de Ijexá, Orixà de la prosperidad, la riqueza, ligada al desenvolvimiento de los niños aún en el vientre de la madre. En el buen sentido Oxúm es el veneno de las palabras, es el comportamiento atrevido de las personas, es la forma metida y moderna, presentada principalmente por el sexo femenino y todo lo que está ligado a la sensualidad, la sutileza, siendo el sexo femenino el más influenciado, es el cariño, el amor puro, real maduro sólido, sensible, no llegando a ser una pasión. Es el amor verdadero; ella propicia y alimenta este sentimiento en los hombres, haciendo que sean más calmos y románticos, con este Orixà se trabaja mucho a fin de evitar el aborto, mantener la crianza viva mientras sale de la barriga de su madre, después de nacida la entrega para Yemanjá quien le dará su destino. Oxúm es dulzura seductora no mide el esfuerzo para alcanzar sus objetivos, ella hecha mano de su don seductor para satisfacer la ambición de ser la más rica, la más reverenciada, su mayor deseo es ser amada, lo que la hace correr grandes riesgos, asumiendo tareas difíciles por el bien de la colectividad, este Orixà puede ser tanto, una brava guerrera lista para cualquier confrontación como también puede ser frágil y sensual, una ninfa amorosa, posee determinación y malicia para confundir a los enemigos y ternura para con sus guerreros. Los hijos de Oxúm prefieren evitar hábilmente los obstáculos a enfrentarlos directamente, pero cuando se decide a enfrentarlos, siguen hasta las últimas consecuencias, por eso son muy persistentes en lo que buscan teniendo objetivos claramente delineados, lo que puede llegar a llevarlos a ser increíblemente obstinados.
Mae contagianos con resplandece natural, dale el brillo y la luz necesaria a nuestros corazones, endulza nuestras mentes, nuestras almas, para que nuestras familias sanguíneas y religiosas, reine la calma, axé, así sea.

v ORIXÀ YEMANJÀ:

Yemanja es la más famosa de los Orixà femeninos venerados en América. Si en el África surgió al principio como una diosa del agua dulce, dueña de un río, terminó siendo identificada en Brasil y en Cuba, con el agua salada. Por eso al finalizar el año por diversas playas del litoral, se encuentran millares de personas (muchas de las cuales no practican la religión), tirando flores y perfumes al agua, pidiendo protección en el nuevo año. Su forma maternal, cuerpo grande, con senos destacados y su temperamento dulce, ayudan a conformar su imagen de madre enérgica, firme, pero bondadosa, volcada a sus hijos, capaz de gestos generosos y también de grandes sacrificios.
Madre por naturaleza, te pedimos que nos enseñes a convivir en paz, entre nuestros hermanos, hijos de la misma fe, para que nosotros entendamos, que ante tus ojos, somos todos iguales, colma nuestros espíritus con las fuerzas de tus aguas, para defender sin descanso, los orígenes de nuestra religión.

v ORIXÀ NANÀ

Orixà femenino de origen dahometiano, incorporado después por la culpa yoruba, Naná Buruku es la más antigua de las diosas de las aguas. Siempre vista como entidad severa, incapaz de hacer danzas, cabe a ella recoger y proteger los muertos, que por intermedio, serán modificados para nuevamente, poder nacer.
En el culto dahometiano Naná ocupaba una posición jerárquica que se aproximaría a la de Oxalá o a la de dendé, siendo adornado con cintas y conchillas. Cuando un hijo incorpora la madre Naná, carga su instrumento en los brazos, como si él fuese un niño a dormir.
Dueña de la reencarnación, te rogamos a ti cuides nuestras almas, para el nuevo recomienzo de la vida, nos ayudes a enseñarles, a las futuras generaciones, los secretos y cuestiones de nuestro ritual, con paciencia y mansedumbre, pero si es necesario con severidad. Axé, así sea.

v ORIXÀ OXALÀ MOZO

Para rendir culto a Oxalá, es necesario tener un carácter tan claro como el agua sacada del pozo, temprano en la mañana. Oxalá es el más grande de todos los Orixás, la tierra cubierta por el cielo contenía todo y nada, cuando Olòdùmarè dueño del cielo, decidió abrir los dieciséis ojos del destino de Ifá, no pudo ver más allá de la región media del universo y eso parecía la tierra después del diluvio todo cubierto de agua, mirto otra vez y la dueña de la tierra, la gran madre estaba callada. Olòdùmarè, mandó a dos de sus hijos a esa región al mayor Obatalá el de las túnicas blancas, le encargo un paquete de tierra negra y una gallina con cinco dedos en su pata al hijo menor ofudua un pote hondo dentro del cual puso veintiún barras de hierro, el hierro formó eslabones y los dos hermanos se agarraron hasta que se encontraron suspendidos de una cadena larga. Quien sabe por cuanto tiempo estuvieron ahí suspendidos hasta que el dueño de la inmensidad tiró una barra más, con ella alcanzaron la parte superior de las palmeras. En Yoruba el árbol de palmera se llama Igi Opè Obatalà le dijo a Odùdúwà antes de bajar a crear un mundo, porque no nos refrescábamos un poco aquí arriba, al decir estas palabras el hierro se convirtió en una herramienta, algo intermedio entre cuchillo y un cincel. Te agradezco por estar siempre atento a nuestras necesidades, padre. Dijo Obatalà
Guerrero de luz protégenos: tú que impartes la justicia divina con tu espada y con tu escudo, rechazas la maldad, enséñanos a ver a través de la oscuridad, provéenos la abundancia y otórganos la practicidad que te caracteriza, axé, así sea.

v ORIXÀ OXALÀ:

Oxalá es la figura más respetada de la religión Yoruba, por ser, según la leyenda, el padre de todos los Orixás, de acuerdo con el mito fue uno de los creadores del mundo, recibiendo de Olorum (el Dios supremo), la tarea de modelar a todos los seres humanos, su estereotipo es de un padre sabio y austero, que tiene en sus manos todas las decisiones sobre la vida que los rodean, al mismo tiempo que autoritario es también sensible y comprensible. Su fuerza no se muestra usualmente a través de la violencia y si por la capacidad de probar que no se equivoca. Oxalà es considerado el responsable directo por el proceso de la fecundación. Señor de las telas blancas y de la pureza, sírvenos de la sencillez, la calma y la paciencia que se despenden de tu ALÀ, purifica nuestras almas, otórganos una pizca de tu sabiduría, danos el don que más necesitamos “ la humildad” , vierte en nosotros tus hijos, todo tu poder de bondad, edificador del cuerpo y el alma: Pae Oxalá bendice, el corazón de todos los hombres del mundo para que a través de ti, aprendamos a vivir en comunidad, equilibrio y paz eterna. Axé, así sea.

v ELEGBARA:

Origen y funciones.

Exú es el Orixá “mensajero” entre las fuerza de la naturaleza cósmica espiritual y los hombres, el controlador del balance natural de la reproducción; la primera forma de vida existente, aquel que entrelaza los principios equilibrados del universo.
Es el resultado de interacción de la fuerza, de la tierra, la fuerza del agua y la fuerza del aire.
Representa en si mismo la dinámica de la vida, en las diferentes etapas del crecimiento de los seres vivos, como símbolo progenitor Exú, recibe el nombre de Exú Yangi, primera forma de la vida y en esta cualidad, Exú está ubicado dentro de la placenta materna, siendo un controlador de la vida.
Según los mitos y leyendas Yorubas, hay varias historias que hacen a la existencia de Exú, una de las historias cuenta:
Orùnmilà (significa Orixà de la adivinación que se expresa a través de Ifá), deseoso de tener un hijo decidió pedir a Orisanla (Orisanla es el Orixà de la divinidad de la creación del hombre llamadas Oxalà). Que su esposa pudiera engendrar cuando Orùnmilà fue a ver a Orisanla, aún no había finalizado con su misión, sólo estaba el montículo rojizo de la primera forma de vida, Exú Yangi sentado a la izquierda de su puerta, es así que Orinsala, le pide que espere un poco más tiempo, pero Orùnmilà no sólo siguió insistiendo sino que le pidió que le concediera esa forma de vida, que estará en la entrada de su casa. Orisanlà trató de explicarle que ese niño no podría ser criado ni mimado en el Aiyé (significa tierra lugar físico) pero ante los riesgos de Orunmilà, terminó aceptando transformándose en Orùnmilà, en el padre de Exú.
Orunmilà debió colocar sus manos sobre el montículo de tierra y estar con su esposa en el Aiyé, a los doce meses, nació Exú al cual llamaron Exú Elegbara, que significa “señor del poder de la transformación”. Al nacer Exú ya hablaba y comía, comía todo lo que estaba al frente de el. Comió todos los animales, pájaros, peces, piedras y cuando no hubo más cosas para comer, terminó comiendo a su propia madre.
a Órùnmilà, ya no le gustó lo sucedido y cuando Exú pretendió devorarlo, su padre se encontraba con una espada en su mano, Exú al verlo, salió huyendo y Òrùnmilà detrás de él, cortando su cuerpo en pedazos, pero cada una de estas partes transformaban en un Exú yangi individual, alcanzando doscientos una (201) partes, pero Exú seguìa huyendo pasando de un espacio al otro del Orum (significa cielo espiritual), constituyendo en cada uno de ellos doscientas una transformaciones, hasta llegar al noveno y ultimo espacio. Al llegar hasta ese lugar Exú no podìa seguir huyendo y decidió pactar con Òrùnmilà su padre. Orunmilà no debía perseguirlo más y todos los Exú Yangui de los diferentes espacios serian sus representantes, como si fueran sus verdaderos hijos, pudiendo consultar a cada uno de ellos cuando lo necesitara.
Òrùnmilà aceptó, pero reclamó a Exú que volviera a su Madre y a todos aquellos que había comido, volviendo nuevamente los seres vivos a instalarse en la ciudad donde Orùnmila y su esposa Jabirú (significa madre que da nacimiento a la humanidad según los mitos, esposa de Orunmila), vivían llamando Iworo.

De acuerdo a este mito podemos decir que:


1- Exú Elegbara, es el poder neutro que permite que cada ser pueda ser movilizado, pueda desarrollarse y por ende pueda cumplir su destino personal (transformación)
2- Cada ser vivo tiene su propio Exú Yangi
3- Exú, se convierte en el encargado de recibir las ofrendas y redistribuirlas, pudiendo transformar todo, debido a lo que comiò y devolvió. En esta función recibe el nombre de Exú Elebo, propietario y controlador de la ofrenda ritual “ebó”.
4- Es llamado y servido antes que a otro Orixà.
Exú es entonces el inspector de las fuerzas del universo y su figura sustenta la presencia de los opuestos, como necesidad de mantener el balance de la naturaleza y que por consiguiente conserva el hombre en un constante movimiento de la “voluntad” divina” expresado en su destino.
Exú está relacionado directamente en función de su dinámica a los caminos y es considerado “señor de los caminos”, también llamado “Exú Ona”, encontrándose a la izquierda de todas las entradas, porque así, controla la entrada y salida de todos.
Exú, se manifiesta en todo aquello que está en primer lugar, primer día de la semana, primera ofrenda, primer canto, primer permiso, primer saludo, ya que es mensajero entre Olorum (Dios, entidad suprema que reside en el Orum, paraíso. Todos los rituales y ceremonias conducen a el, a través de los Orixás y los hombres.
Es el primogénito del mundo considerado el primer rey de la ciudad de Keto, recibiendo el nombre de Exú Alaketù, esta cualidad de ser el primero en todo nace de su existencia, ya que fue la primera forma denotada de vida representada en un montículo de tierra llamada Exú Yangi.
Exú está íntimamente relacionado con el destino personal e individual, siendo responsable por el movimiento del cuerpo, su desarrollo y su evolución, ejerce un poder de atracción de la energía en armonía con cada Orixà, que constituye el individuo, recibiendo el nombre de Exú Bará.
Exú tiene poder de circular por el mundo de los vivos y también por viajar por el mundo de los muertos ya que representa la continuidad de la vida en sus dos niveles material y espiritual. Por esta razón debe ser invocado y servido antes que los Orixà, vive con Ogúm por las calles y camino, ya que Exú abre los caminos, es el señor de las fuerzas que no solo recorre los límites, sino también atraviesa los caminos, comunicando las ciudades unas con otros.
Exú es África está representado en estatuas ubicadas en los caminos y en las entradas de los templos, similares a las estatuas de Hermes, que protegían los caminos de la antigua Grecia.
Tal vez estemos frente a un símbolo que une procreación con comunicación.
En conclusión, como afirma Ifá, en una de sus metáforas; “si cada cosa y cada ser no tuviese su propio Exú en su cuerpo, no podrían existir, no sabrían que están vivos.
Exú es la vida con todas contradicciones y sus síntesis”
Exú, como dijimos, nació de la unión del agua y de la tierra, siendo la primera forma de vida constituida por un montículo de tierra.
Para finalizar les dejo esta reflexión de Obara Meji, Eleggua dice: el que sabe no muere, fue hombre que no sabe, y no sabe, que no sabe, es un inconsciente, húyele.
El hombre que no sabe y sabe que no sabe, es un ignorante, instrúyelo, el hombre que sabe y no sabe que sabe, está dormido, despiértalo.
El hombre que sabe y sabe que sabe, pero no hace alarde
De de saber, es un verdadero sabio, a este hombre síguele.